El País de España
Hay lista de espera para entrenarse con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Toda una pléyade de organizaciones de Latinoamérica han tocado a las puertas de la guerrilla para recibir formación militar.
Un informe de Raúl Reyes al Secretariado, datado el 2 de septiembre de 2003, es ilustrativo. Ese verano les llegó el dirigente indígena boliviano Felipe Quispe, que solicitaba "cursos militares de tres a seis meses para 10 ó 20 compañeros". "También el secretario general del Partido Comunista Boliviano y el jefe de los Sin Miedo piden cursos militares", explica Reyes. No faltaron tampoco delegaciones ecuatorianas, en ese entonces opuestas al presidente Lucio Gutiérrez, que querían "cursos militares" para sacarlo "por la fuerza de la lucha de masas". Dos representantes del salvadoreño Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional, además de pedirles dinero para su campaña, les ofrecen a sus cuadros "formados en Vietnam como combatientes internacionalistas".
No solo los movimientos radicales se han aproximado a las FARC. Acerca del ministro del Interior de Venezuela, Ramón Rodríguez Chacín, los documentos indican: "Se interesó sobre posibilidades de que les transmitamos nuestra experiencia en guerra de guerrillas, la cual ellos llaman guerra asimétrica", explica Iván Márquez, miembro del secretariado, en un mensaje del 14 de noviembre de 2007.
Alguna vez los centros de entrenamiento han llegado a estar saturados. Así ocurrió, por ejemplo, en marzo de 2007, cuando Márquez le escribe a Reyes que no puede recibir a los estudiantes del Partido Comunista Venezolano porque "el cupo de la escuela Efraín Guzmán está completo". Y es que los demandantes más asiduos de formación armada son los grupos afines al chavismo, que acuden regularmente a los campamentos de las FARC en suelo venezolano. A ellos se están uniendo ahora internacionalistas de todo el continente, para formar el llamado Frente Bolivariano de Liberación, la futura guerrilla continental.
Hay lista de espera para entrenarse con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Toda una pléyade de organizaciones de Latinoamérica han tocado a las puertas de la guerrilla para recibir formación militar.
Un informe de Raúl Reyes al Secretariado, datado el 2 de septiembre de 2003, es ilustrativo. Ese verano les llegó el dirigente indígena boliviano Felipe Quispe, que solicitaba "cursos militares de tres a seis meses para 10 ó 20 compañeros". "También el secretario general del Partido Comunista Boliviano y el jefe de los Sin Miedo piden cursos militares", explica Reyes. No faltaron tampoco delegaciones ecuatorianas, en ese entonces opuestas al presidente Lucio Gutiérrez, que querían "cursos militares" para sacarlo "por la fuerza de la lucha de masas". Dos representantes del salvadoreño Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional, además de pedirles dinero para su campaña, les ofrecen a sus cuadros "formados en Vietnam como combatientes internacionalistas".
No solo los movimientos radicales se han aproximado a las FARC. Acerca del ministro del Interior de Venezuela, Ramón Rodríguez Chacín, los documentos indican: "Se interesó sobre posibilidades de que les transmitamos nuestra experiencia en guerra de guerrillas, la cual ellos llaman guerra asimétrica", explica Iván Márquez, miembro del secretariado, en un mensaje del 14 de noviembre de 2007.
Alguna vez los centros de entrenamiento han llegado a estar saturados. Así ocurrió, por ejemplo, en marzo de 2007, cuando Márquez le escribe a Reyes que no puede recibir a los estudiantes del Partido Comunista Venezolano porque "el cupo de la escuela Efraín Guzmán está completo". Y es que los demandantes más asiduos de formación armada son los grupos afines al chavismo, que acuden regularmente a los campamentos de las FARC en suelo venezolano. A ellos se están uniendo ahora internacionalistas de todo el continente, para formar el llamado Frente Bolivariano de Liberación, la futura guerrilla continental.