lunes, 21 de julio de 2008

Las FARC buscaron el respaldo de Bolivia para lograr su expansión

Diario la Razón de Bolivia, del grupo Prisa

Información reservada. La Razón accedió al contenido de los 3 ordenadores portátiles incautados en febrero. Bolivia en el plan. Se han identificado al menos 57 correos electrónicos que circularon en la cúpula terrorista.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) ejecutaban un plan estratégico de expansión hacia Bolivia, que incluyó una relación directa y amplia con el líder campesino Felipe Quispe Huanca y pretensiones de establecer contactos con funcionarios y representantes del actual Gobierno nacional.

Sin embargo, el Poder Ejecutivo, a través del ministro de Defensa, Walker San Miguel, descartó que los esfuerzos de las FARC tengan frutos en Bolivia. 'Hemos concluido de que nunca hubo una amenaza seria de ingreso de las FARC a Bolivia. A lo mucho que llegaron es seguramente a tener contactos esporádicos para lograr cierta credibilidad internacional'.

Desde diciembre del 2001 y hasta principios de este año, los esfuerzos por lograr una estructura de apoyo al grupo terrorista en Bolivia fueron impulsados por dirigentes de la primera línea de las FARC: Raúl Reyes, muerto en los hechos del 29 de febrero en territorio ecuatoriano; Rodrigo Granda, el llamado Canciller, y, desde el 2004, Nubia Calderón, encargada de la Comisión Internacional para los países andinos.

Esa información se encuentra en los tres ordenadores portátiles que el Ejército colombiano incautó en territorio ecuatoriano, tras el ataque que derivó en la muerte de Reyes (cuyo nombre verdadero es Luis Édgar Devia Silva) y otras 21 personas, entre guerrilleros e invitados de las FARC. La Razón accedió la anterior semana al contenido de esas computadoras tras un viaje realizado a Bogotá, Colombia.

Raúl Reyes y un círculo exclusivo de personas encargadas de tareas específicas han intercambiado criterios, objetivos y análisis sobre Bolivia en al menos 57 correos electrónicos, cuya información será difundida por La Razón en una serie de entregas informativas que empieza hoy.

El plan del grupo guerrillero en Bolivia buscó lograr una estructura de apoyo, ofreció la capacitación de bolivianos en uso de armas y terrorismo y buscó la adhesión de grupos en la llamada Coordinadora Continental Bolivariana (CCB), el espacio regional de la plataforma política. 'Interesantes las reuniones de Ricardo por allá en Bolivia, ojalá se abra trabajo en esas esferas (…)', escribe Olga a Raúl, en un mensaje remitido el 2 de enero de 2002.

Los mensajes hallados en los tres ordenadores han sido escritos por personas que se identifican simplemente con un alias, pero Inteligencia colombiana pudo identificarlas, haciendo un cruce de datos y acudiendo a la nomenclatura de las FARC.

Así, Olga es Olga Lucía Marín, integrante de la Comisión Internacional de las FARC. Seis años después, Raúl Reyes recomienda a Ana María (Nubia Cáceres), 'administrar bien las relaciones con Evo y demás amigos dentro de ese gobierno'.

El 31 de diciembre de 2001, Ricardo —en realidad llamado Rodrigo Granda—, reveló los contactos que logró en su visita por Bolivia. 'Se conversó con Felipe Quispe, dirigente indígena, y con Alejo Véliz, de otra comunidad, igual hemos intercambiado con la gente de la Asamblea por la Soberanía de los Pueblos, con los del PC y los de Evo Morales a todos se les ha interesado en la conformación del Comité de Solidaridad con Colombia y las tareas emanadas del Foro y ya se ha adelantado algo de trabajo al respecto'.

Cuatro años más tarde, el 7 de julio de 2005, el influyente Iván Pescao (Iván Márquez) escribe al segundo de las FARC lo siguiente: 'Felipe Quispe aceptó muy complacido la presidencia honoraria (de la CCB) y planteó visitar el consulado aprovechando una vuelta que tiene que hacer estos días en Caracas'.

Quispe Huanca es líder del Movimiento Indígena Pachacuti (partido sin personería jurídica), protagonista de los hechos de septiembre y octubre del 2003 y ex miembro del Ejército Guerrillero Túpac Katari (EGTK). Y los correos electrónicos muestran que el Mallku era una pieza clave en el plan de expansión del grupo terrorista en Bolivia.

Quispe no sólo simpatizó con las ideas y métodos de las FARC, sino que se esforzó porque grupos de bolivianos fuesen capacitados 'en las montañas de Colombia'. Aunque no todos los enviados resistieron las lecciones de 'la escuela', como se llamaba al curso guerrillero.

'Los bolivianos están desesperados por retornar a sus sedes, dicen que ellos vinieron por corto tiempo y que sus jefes no les explicaron bien la dureza de estas labores.

Esta gente no es de mucho trabajo, esfuerzo', se queja Raúl Reyes a Esperanza, la ecuatoriana Nubia Calderón, pero el mismo jefe guerrillero elogia la actitud de una boliviana frente a un peruano que flaqueó al inicio de la etapa de entrenamiento. Por si ello fuera poco, el mismo Márquez esbozó la importancia del indígena de la provincia Omasuyos para las FARC: 'Opino que Quispe, bien orientado por nosotros, puede ser carta hacia futuro.

Tino habló con él en La Paz en el marco de la posesión de Evo y le hizo algunas observaciones a su actitud. Las recibió bien (…) de verdad, puede convertirse más adelante en alternativa'. El autor de la cita textual es desde hace pocos días el Jefe de las Relaciones Internacionales del Estado Mayor Central, en lugar de Reyes. El 19 de septiembre de 2006 y tras la victoria del MAS en las elecciones presidenciales, Quispe Huanca señaló: 'Acá en la llamada Bolivia, el fenómeno de Evo Morales nos ha destruido en las elecciones de diciembre, pero sigo siendo indígena convencido de que hay un solo escenario para llegar al poder, tomando el camino de las armas'.

¿Quién es Tino? Es Amílcar Figueroa Salazar, ciudadano venezolano, parlamentario de Hugo Chávez y vinculado por el ejército colombiano a la Coordinadora Continental Bolivariana. El correo de Iván Pelao revela que Tino estuvo el 22 de enero de 2006 cuando Evo Morales asumió la Presidencia.

El grupo terrorista —que desde marzo sufre un debilitamiento crítico—, siguió con atención el proceso político boliviano. Por ejemplo, en noviembre del 2003, elogió la movilización que derivó en la renuncia del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, tras los violentos y fatídicos sucesos de 11, 12 y 13 de octubre. Y luego destacaron la llegada de Morales a la Presidencia.

'Estoy contenta con el triunfo del pueblo de Bolivia al apoyar a Evo Morales, Fue una bofetada para el imperio. (…) Según estos datos, al partido de Felipe Quispe no le fue bien', señala Esperanza a Raúl.

Sin embargo, el Ministro de Defensa boliviano marca una clara distancia entre el Gobierno boliviano y las hoy debilitadas FARC. 'Bolivia apostó por un cambio en democracia, un líder sindical, de izquierda, antiimperialista ha conseguido llegar al poder y está implementando una serie de reivindicaciones sociales.

Existe una gran diferencia entre una lucha armada por el poder con la lucha democrática que encarna el presidente Morales', afirmó a La Razón. Como fuera, las FARC lograron establecer contactos con ciertos niveles del Gobierno.

En los correos electrónicos se señala al senador Antonio Peredo, como el boliviano que fue contactado por alias Roque, Roque González La Rosa. 'Logré que me firmara la carta el senador. Su mayor duda y preocupación es que, por qué las FARC aún no toman el poder…'.