jueves, 1 de abril de 2010

Alianza nefasta entre la guerrilla y el terrorismo

La ETA reconoce oficialmente su vínculo con las FARC en 1999
No es nueva la denuncia sobre los posibles entrenamientos de guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) por parte de miembros de la ETA en territorio venezolano.

Ya en el año 2008 el guerrillero colombiano apodado "Camilo" le dijo al diario madrileño El Mundo que el grupo terrorista ETA "entrenó en Venezuela a 20 guerrilleros en cómo activar bombas a través de teléfonos celulares".

Pero esta relación de entrenamiento militar vendría a ser corroborada a través de la información que las autoridades policiales pudieron bajar del disco duro del computador del jefe guerrillero Raúl Reyes, muerto en marzo de 2008 en un campamento ubicado en territorio ecuatoriano.

Hasta este momento tanto el Ministerio del Interior como el Centro Nacional de Inteligencia de España consideraban que las relaciones entre ETA y FARC no pasaban de "índole política", según aseguró el diario español El País.

El magistrado español Eloy Velasco sustenta el nexo entre las FARC y la ETA en los correos que se intercambiaron Raúl Reyes y Rodrigo Granda en donde aparece Venezuela con la clave de Andrés y Cuba con el nombre de José.

El diario ABC indica que el primer contacto entre los dos grupos terroristas fue a través de Jokin Gorostidi Artola (fallecido) "cuando residía en Cuba y era miembro de la comisión de etarras deportados y se reunió con un jefe de la guerrilla colombiana" en 1993.

De este primer encuentro se tuvo datos tras detener a los etarras Pedrito de Antoain y José María Dorronsoro en 1999.

Con estas detenciones se supo de la correspondencia de José Ignacio Echarte, alías "María Antonia" que "pedía permiso para efectuar pruebas en Venezuela (Andrés) sobre lanzamiento de proyectiles del tipo morteros dotados de sustancias explosivas con los que se pretendía alcanzar una distancia de 600 metros desde el punto de lanzamiento", indicó ABC.

Ya desde ese año (1999) la ETA reconoce oficialmente su vínculo con la guerrilla colombiana. El objetivo que perseguían era,según el juez Velasco, "exportar al extranjero sus tácticas y técnicas de terrorismo".

A partir de esta fecha la prensa española señala al colombiano Emiro del Carmen Ropero Suárez (comandante del frente 33) y al etarra Arturo Cubillas Fontán, de ser los encargados de "realizar los intercambios".

ABC asegura que Cubillas fue intermediario para lograr un encuentro con Raúl Reyes.

Rubén, ex miembro de las FARC, informó que en la escuela militar Efraín Guzmán estuvieron "Schumacher, Carlos y otros etarras como instructores de la guerrilla colombiana", informó El País.