El académico colombiano Miguel Beltrán, expulsado de México y entregado a las autoridades de su país por ser un supuesto miembro de la comisión internacional de las FARC, negó pertenecer a esa guerrilla, pero confirmó hoy que sostuvo reuniones con jefes rebeldes con fines investigativos.
En una entrevista con la emisora La W desde la cárcel La Picota, en el sur de Bogotá, Beltrán aseguró que la relación que sostuvo con jefes guerrilleros como “Raúl Reyes” y “Marco León Calarcá” fue la que puede tener un sociólogo “estudioso del conflicto político colombiano”.
La Policía colombiana lo acusa de ser el rebelde conocido con el alias de “Jaime Cienfuegos”, integrante de la comisión internacional de las FARC, editorialista de un portal afín a los rebeldes y destinatario de varios correos electrónicos hallados en los computadores del abatido “Raúl Reyes”, alias de Luis Edgar Devia.
“No me reconozco en esos correos y como ustedes saben del supuesto computador de ‘Raúl Reyes’ han salido muchas informaciones que han involucrado e inculpado a muchos académicos y periodistas”, señaló Beltrán al recordar que ese ordenador se obtuvo en “una acción ilegal”.
Por lo tanto, ese computador “no es una referencia que pueda sustentar estas inculpaciones que se me realizan”, agregó.
El sociólogo reconoció que tuvo una entrevista con “Raúl Reyes” en la zona desmilitarizada del sur de su país en la que se realizaron unas frustradas negociaciones de paz entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Gobierno entre 1999 y 2002.
“Posteriormente tuve alguna comunicación, porque siempre me ha interesado estudiar el conflicto colombiano y particularmente las FARC como una expresión del conflicto colombiano”, contó.
Beltrán dijo que estudió en México en los años en que las FARC tenían voceros “reconocidos legalmente por el Gobierno” de ese país y por eso tuvo la oportunidad de escuchar conferencias y asistir a charlas con miembros del grupo guerrillero.
Asimismo, reconoció que sostuvo reuniones en territorio mexicano con “Marco León Calarcá”, alias de Luis Alberto Albán, el “embajador” de las FARC en ese país cuando los rebeldes tenían una oficina en el Distrito Federal.
“Las FARC no son un grupo terrorista, son un actor político, son la expresión de las muchas expresiones del conflicto social y armado que vive el país“, indicó Beltrán.
Agregó que su papel como investigador no es justificar a las FARC, sino “explicar cuál es el origen del conflicto, tratar de comprender el fenómeno social de Colombia”.
Beltrán fue expulsado de México el pasado 19 de mayo cuando iba a realizar un trámite ante el Instituto Nacional de Migración en la capital y por no cumplir algunos requisitos fue detenido y entregado a las autoridades colombianas.
En Colombia se le procesa por los delitos de rebelión y administración de recursos relacionados con actividades terroristas.
Además, la Fiscalía lo acusa de ser uno de los hombres más cercanos a “Raúl Reyes”, que era el número dos de las FARC cuando fue abatido el 1 de marzo de 2008 en un bombardeo de militares colombianos a un campamento rebelde en territorio ecuatoriano.
Desde entonces, las relaciones diplomáticas entre Colombia y Ecuador están rotas.
En una entrevista con la emisora La W desde la cárcel La Picota, en el sur de Bogotá, Beltrán aseguró que la relación que sostuvo con jefes guerrilleros como “Raúl Reyes” y “Marco León Calarcá” fue la que puede tener un sociólogo “estudioso del conflicto político colombiano”.
La Policía colombiana lo acusa de ser el rebelde conocido con el alias de “Jaime Cienfuegos”, integrante de la comisión internacional de las FARC, editorialista de un portal afín a los rebeldes y destinatario de varios correos electrónicos hallados en los computadores del abatido “Raúl Reyes”, alias de Luis Edgar Devia.
“No me reconozco en esos correos y como ustedes saben del supuesto computador de ‘Raúl Reyes’ han salido muchas informaciones que han involucrado e inculpado a muchos académicos y periodistas”, señaló Beltrán al recordar que ese ordenador se obtuvo en “una acción ilegal”.
Por lo tanto, ese computador “no es una referencia que pueda sustentar estas inculpaciones que se me realizan”, agregó.
El sociólogo reconoció que tuvo una entrevista con “Raúl Reyes” en la zona desmilitarizada del sur de su país en la que se realizaron unas frustradas negociaciones de paz entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Gobierno entre 1999 y 2002.
“Posteriormente tuve alguna comunicación, porque siempre me ha interesado estudiar el conflicto colombiano y particularmente las FARC como una expresión del conflicto colombiano”, contó.
Beltrán dijo que estudió en México en los años en que las FARC tenían voceros “reconocidos legalmente por el Gobierno” de ese país y por eso tuvo la oportunidad de escuchar conferencias y asistir a charlas con miembros del grupo guerrillero.
Asimismo, reconoció que sostuvo reuniones en territorio mexicano con “Marco León Calarcá”, alias de Luis Alberto Albán, el “embajador” de las FARC en ese país cuando los rebeldes tenían una oficina en el Distrito Federal.
“Las FARC no son un grupo terrorista, son un actor político, son la expresión de las muchas expresiones del conflicto social y armado que vive el país“, indicó Beltrán.
Agregó que su papel como investigador no es justificar a las FARC, sino “explicar cuál es el origen del conflicto, tratar de comprender el fenómeno social de Colombia”.
Beltrán fue expulsado de México el pasado 19 de mayo cuando iba a realizar un trámite ante el Instituto Nacional de Migración en la capital y por no cumplir algunos requisitos fue detenido y entregado a las autoridades colombianas.
En Colombia se le procesa por los delitos de rebelión y administración de recursos relacionados con actividades terroristas.
Además, la Fiscalía lo acusa de ser uno de los hombres más cercanos a “Raúl Reyes”, que era el número dos de las FARC cuando fue abatido el 1 de marzo de 2008 en un bombardeo de militares colombianos a un campamento rebelde en territorio ecuatoriano.
Desde entonces, las relaciones diplomáticas entre Colombia y Ecuador están rotas.
